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Santiago de la Ribera

Santiago de la Ribera
Amanece

sábado, 18 de mayo de 2013

Decepción, profunda decepción

Hace casi dos años que no escribo una sola línea. La razón es que, en este tiempo, he dejado de vivir en mi adorado Mar Menor y me he ido a vivir en Barcelona y todo eso no tiene nada que ver con el título de hoy.

La razón de la decepción es puramente política. En este tiempo, como es obvio, salió del gobierno el nefasto Zapatero y, entre todos, le dimos la mayoría absoluta a Rajoy para que nos sacase de la crisis en la que nos habían metido a base de ineptitud, mangancia, y sueños onanistas de una pandilla de ágrafos que formaban el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y su pléyade de ineptos a los que en el INEM no les darían un trabajo ni de ayudante del chico de las fotocopias.

Algunos pensábamos que, con la llegada del PP, las cosas cambiarían y Rajoy cumpliría con sus compromisos electorales... Entonces llegó la decepción. Lejos de cumplir los compromisos, nos han subido los impuestos, nos han cerrado el crédito, hemos rescatado a los bancos con nuestro dinero y cuando vamos a pedir un crédito, nos lo niegan. El paro se ha disparado y la clase media está desapareciendo día a día. En definitiva, aunque no lo reconocen, estamos peor que antes.

A cualquiera, con dos dedos de frente, no se le escapa que es la clase media la que hace crecer la economía. Son los pequeños empresarios los que crean el tejido económico e industrial con su esfuerzo personal y su diario tesón.

Pues bien, el gobierno de derechas al que hemos votado es precisamente el que esta dejando morir a esa clase media.

A cualquiera, con dos dedos de frente, no se le escapa que, en la medida que aumentan los impuesto, disminuye la capacidad de compra de los hogares y con ello las compras en el pequeño comercio. Dejan de comprarse bienes, lo que conlleva la desaparición de empresas, lo que implica más paro sobre todo el estructural, es decir, el de personas de mas de 45 años que no podrán encontrar un nuevo trabajo en un alto porcentaje de individuos.

Si en vez de ello, el gobierno hubiera hecho una verdadera limpia de cargos, asesores, chupones, primos y "cuñaos" que viven del presupuesto público, podríamos haber ahorrado, disminuido el déficit y estar en mejor situación.

Si el gobierno, en vez de dar dinero a cambio de nada a los bancos y cajas, hubiera dejado quebrar a los que no tienen solución, ayudando a aquellos que sí la tienen pero a condición de que devuelvan el dinero y, sobre todo,  comiencen a dar crédito a las pymes y no a los clientes que no necesitan el dinero, otro gallo nos cantaría.

Creo, en definitiva que, aunque sabíamos que Rajoy es un pusilánime que no se atreve a tomar las decisiones que tiene que tomar para sacarnos de la crisis. Lástima de voto...


Mientras, los ombligos siguen siendo redondos y todos seguimos intentando salir adelante como podemos